Esta querida escuela que fue fundada en el corazón del barrio Samore ahí, cuando andabamos cambiando de siglo, vino a abrir aulas secundarias para las y los chicos que necesitaban seguir formándose. En todos estos años se han tejido historias de sacrificio, de alegría, de primeros amores entrelazadas con recreos, pruebas, aprendiendo. Una escuela inclusiva, si las hay. Saludamos a la comunidad educativa y deseamos que siga creciendo, desplegando abrazos para alojar a las adolescencias del barrio.












